Archivos Mensuales: marzo 2012

Reseña de PEQUEÑAS HISTORIAS… en ‘Artes & Letras’

Eva Cosculluela, de la librería Portadores de sueños, firma esta reseña de la novela Pequeñas historias de la calle Saint-Nicolas, de Line Amselem, que apareció ayer en el suplemento ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón.

CARABINIERI es la apuesta del día en Zona de Obras

Dicen de Carabinieri: 

Por qué es nuestra apuesta del día:

Porque la segunda novela del autor zaragozano residente en Albuquerque es una obra ágil y muy divertida. El protagonista, un Guardia Civil corrupto, divorciado y mujeriego, pero que ama a su madre por encima de todo, hará que las horas de lectura sean un viaje un tanto gamberro por la vida cotidiana de un verdadero antihéroe.

Ver en Zona de Obras.

CARABINIERI en Diario de Teruel

Santiago Gascón firma esta estupenda reseña de Carabinieri.

Ondjaki visita Standford

Ondjaki, del que publicamos Y si mañana el miedo, con traducción de Félix Romeo, dio ayer una charla en Standford University sobre la literatura angoleña titulada «Historia y guerra en la literatura angoleña».

La portada es de Lina Vila.

NOVEDAD: PEQUEÑAS HISTORIAS…

Hoy se pone a la venta Pequeñas historias de la calle Saint-Nicolas, de Line Amselem, una novela deliciosa, divertida y tierna. Si le dedicáis un poco de tiempo, os encantará.

“Mamá dice que me parezco a su madre, pero no es más que una suposición ya que en realidad apenas la conoció. Solo conservamos una foto suya. Lleva una trenza a un lado, como las moras. No sé si me parece guapa o no”.

 

La narradora de esta novela, una niña de siete años, vive con su familia en un barrio popular de París a comienzos de los años 70. Sus padres son unos emigrantes marroquíes de origen judeo-español. En su casa no hay retrete, pero sí agua corriente. Celebran el Shabbat y el Yom Kippur y no creen en Papá Noel. Recogen los palos de las manzanas de caramelo para que el padre, zapatero, pueda rellenar los tacones y nunca se han ido de vacaciones.

Pequeñas historias de la calle Saint-Nicolas, con ecos de La vida. Instrucciones de uso, de George Perec y Léxico familiar, de Natalia Ginzburg –pero también de 13 Rue del Percebe–, es una novela deliciosa, tierna y divertida, que nos habla de la cara menos glamurosa de París y del extrañamiento de quien se sabe diferente.

 

“Un relato compuesto de piezas breves que pueden degustarse una a una como los collares de golosinas que tienen un estupendo sabor a infancia”. Astrid de Larminat, Le Figaro.

 

LINE AMSELEM

(París –Francia–, 1966)

Hija de judeo-españoles de Marruecos emigrados a Francia, es profesora de literatura española en la Universidad de Valenciennes. Ha traducido al francés a Teresa de Jesús, Lope de Vega y Federico García Lorca, entre otros. Pequeñas historias de la calle Saint-Nicolas es su primera novela.

 


EL FUMADOR PASIVO entre los libros más recomendados del mes

El fumador pasivo de Daniel Gascón, que reeditamos el año pasado, está entre los libros más recomendados del mes por los Libreros Recomiendan y eso nos hace muy felices.

«Una generación fantasma, perdida como dice el autor de este fantástico universo que es “El Fumador Pasivo”. Daniel Gascón puede convertirse en la voz de una época que corre el peligro de ser olvidada. Su obra se convierte en un espejo donde nos reconocemos. La generación X, sin dictadores a los que derrocar, sin libertades aparentes que conquistar, contaminados por la tele basura e ignorados por la historia. No conocemos el hambre, ni la guerra, pero si la soledad, la idea de que el mundo se deshace a cada paso que damos, sin apoyos, sin excusas, lo tenemos todo y a la vez nada. Daniel Gascón crea materia en el vacío. Nos reímos con el y recordamos las lágrimas derramadas. Y al final si que luchamos, intentamos sobrevivir que es el primer paso para llegar a pelear. Ahora es bueno, con el tiempo será imprescindible».

Pedro González de Libreria Hipérbole (Ibiza)

Ver en el blog de los Libreros Recomiendan.

CARABINIERI en La opinión de Murcia

Ramón Jiménez Madrid firma esta reseña de Carabinieri que apareció el pasado viernes en La opinión de Murcia.

Siempre hay un margen de duda- a pesar de los años que uno lleva en estos trances- cuando se visita por vez primera la obra de un artista, tal como me sucede ahora con la segunda novela -no he conocido la primera- de este escritor que lo mismo puede ser leída con la seriedad habitual que impone la obra literaria que con el divertimento que propicia el autor, interesado de modo especial en mantener una línea de flotación que no saque al lector de su lúdico entretenimiento.  Aunque el tono severo o divertido, serio y jocoso,  al final acaba imponiéndose, no es fácil deslindar, sobre todo si se carecen de datos previos, si en el trasfondo de esta obra habita la crítica contra una institución militar -no lo parece por cuanto está prologada por un coronel retirado de la Guardia Civil, suegro a su vez del propio Fernando Martín Pescador- o se trata de una mera exageración de quien prefiere llevar a cabo una obra pantagruélica si consideramos todo aquello que exprese exageración o caricatura.

Carabirieri, ya desde el mismo título, puede confundir pues solo en una ocasión se alude a los guardias italianos mientras que la institución española de la Guardia Civil se enseñorea de la obra desde el comienzo hasta el final, si consideramos que el protagonista de la historia no es ni más ni menos que un cabo de dicho cuerpo que comienza, al principio algo opaco y más tarde abiertamente- con todo un proceso de corrupción que alcanza desde los altos mandos a los bajos, dedicados abiertamente, las resonancias o secuelas roldanianas son evidentes- a sacar partido de su situación de garantes del orden y la justicia. Y a crear, dentro de la institución, células para aprovecharse tanto del ciudadano en caso de carreteras o del tráfico de drogas y estupefacientes, cuando no a aprovecharse de su situación para beneficiarse en diversos campos, no excluyendo el erótico, territorio generoso en esta obra en donde resplandece el espíritu machista de un seductor hispánico. Obra que llega a un final dramático con ajustes de cuentas entre ellos mismos, con diferencias entre los componentes militares que desembocan en desenlace trágico.

Pero lo que aparece como serie y comprometido ha de sufrir una vuelta de tuerca completa si tenemos en cuenta que el escritor ha hecho un planteamiento cómico del personaje desde que llegara a la escuela de la Guardia Civil en Valdemoro -espacio muy correteado en la obra- hasta que ejerciera por tierras aragonesas, muy presentes en la narración. Un protagonista seductor que no hace sino suspirar por las mujeres que salen a su paso y que, desde las primeras páginas, disfruta de las prostitutas en compañía de su propio padre, también guardia civil. Un personaje divertido, ingenioso, truhán, golfo y granuja que no puede ser producto de una realidad sino de una ingeniosa creación literaria que no ha de tener consecuencias posteriores. Un guardia que se casa con su mujer pero que se beneficia a su cuñada, menor, lo que no lo hace en modo alguno seguir los cauces rigurosos del código del honor, como si pretendiera en todo momento levantar la figura de un antihéroe de la milicia, de la justicia y de cualquier otra convención. El protagonista parece un trasplantado de la literatura americana -cambios continuos, corrupción, sexo, moteles en la carretera, antros prostibularios- a la española, un personaje de ficción que ha nacido del pensamiento gozoso de quien ve la realidad desde planteamientos positivos y cómicos, no desde la negra tragedia.

Habrá que esperar a siguientes entregas para calibrar los pasos que haya de dar Martín Pescador. De momento sabemos que está en posesión de un buen humor, que dispone de buena pluma para pintar momentos, que  dispara divirtiendo y que es capaz de poner en pie truhanes que se hacen simpáticos o a golfos que enuncian tragedias.